El lunes celebramos los dos años que llevamos juntos, el 10 de diciembre de 2010 fuiste nuestra para siempre.
Al igual que el año pasado, no puedo evitar recordar todos aquellos días con un sentimiento especial. Es una especie de nostalgia inexplicable, me vuelven unas sensaciones únicas, un nerviosismo diferente, mezclado con una ilusión inmensa de poder abrazarte y sentirte cerca.
Y ya han pasado dos años de aquello, dos años desde que entramos en el orfanato y te vimos en tu cunita, con aquella camiseta roja. No parabas de moverte haciendo que el ruido de la cuna fuera lo único que se oía en la sala, y que quizá os sirviera de entretenimiento a todos los bebés que allí estábais esperando a que vuestros papás fueran a recogeros. Aquel fue tu día, nuestro día.
Desde el primer momento que te tuvimos en nuestros brazos te mostraste feliz, parecías intuir que lo que te estaba pasando te cambiaría la vida para siempre, parecíamos haberte contagiado nuestra felicidad, ahora eres tú la que nos contagias con tu sonrisa cada día.
Eres una niña inquieta, alegre, risueña, curiosa, lista, te encanta pintar, hace un mes comenzaste a hacer tus primeros dibujos de familia. Nos pintaste con unos grandes ojos y con una sonrisa inmensa que se salía de la cara, y es que podría contar mil anécdotas, ahora mismo eres una caja de sorpresas...
En estas fechas también recordamos a todas las familias con la que compartimos aquellos días en Vietnam, en especial a Itxaso, Domingo e Ethan, que forman parte de nuestra familia desde hace más de dos años, y a quienes estaremos unidos toda la vida.
Cada aniversario recordaremos estos días con unos sentimientos únicos y supongo que la nortalgia irá desapareciendo, pero desde luego que fue una experiencia única e inolvidable que nos dió lo más grande que tenemos en nuestras vidas.
Te queremos María Lan, ojalá que siempre sigas creciendo tan feliz como hasta ahora,
Papá y Mamá